La geometría

La casa mirador está compuesta por dos cuerpos prismáticos; uno principal de mayor tamaño, con dos niveles y otro menor de una sola altura conectados por un vestíbulo.

La geometría de la casa responde a la búsqueda de 2 factores claves en su propia concepción de esta arquitectura, su encuadre con el paisaje y la luz.

Respecto al primero, el encuadre con el paisaje se da en un doble sentido, encajando en el emplazamiento y al mismo tiempo haciendo de este parte de su arquitectura convirtiéndolo en otro elemento constructivo de la misma.
Respecto a cómo encaja en el emplazamiento podemos observar el armonioso contraste entre las formas geométricas puras de la arquitectura y las formas suavemente onduladas del firme sobre el que se asienta, haciendo dudar sobre cuál de los dos se adapta al otro en esta simbiosis. (Integrándose armoniosamente en el horizonte visual.)


La forma de hacer  el paisaje  parte de la obra es convertirlo en su esencia, el material más primordial que da motivo y finalidad a la obra.
El paisaje se convierte en el hilo conductor de la obra, de forma que los demás materiales se articulan en base a este.
Haciendo así que su orientación y forma construyan su sentido en torno a este “material”.



La otra entrada, situada en la misma línea que la otra, solo que con orientación sureste crea un efecto similar a la otra, solo que con la diferencia de no denotar la doble altura de la construcción y no estar dotada de acristalamiento, impidiendo el paso de la luz a su interior.




La otra entrada, situada en la misma línea que la otra, solo que con orientación sureste crea un efecto similar a la otra, solo que con la diferencia de no denotar la doble altura de la construcción y no estar dotada de acristalamiento, impidiendo el paso de la luz a su interior.

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